El sanatorio Durán de Costa Rica es famoso por las historias de fantasmas de monjas y niños que deambulan por los pasillos abandonados desde hace mucho tiempo.
Estos adolescentes buscaban aventura y emoción, y parece que encontraron más de lo que esperaban, al grabar lo que luce como una niña en medio de la noche, en el lúgubre hospital abandonado.