Al menos 80 personas y un número desconocido de heridos provocado por ataque terrorista utilizando un camión que embistió a toda velocidad a la multitud que celebraba el día de la Batalla de la Bastilla, el equivalente al día de la independencia, en Niza, ciudad del sur de Francia.
Eran las 11 de la noche tiempo de Francia, y los fuegos pirotécnicos iluminaban el cielo de las celebraciones, en la zona costera de la ciudad.
Miles de gente en la playa disfrutaban el espectáculo, el buen clima y la compañía de familia, amigos y amados, sin imaginar la tragedia que ya estaba en marcha.
Cuando el vehículo conducido por un francés tunecino de 31 años, de acuerdo a documentación hallada en el camión, se aceleró contra la multitud, en zigzag para causar el mayor daño. La policía ya lo había detectado y disparaba contra él tratando de evitar el desastre.
Testigos dicen que cuando el camión ya no avanzaba debido al daño por los múltiples golpes contra los cuerpos y las balas de la policía, el conductor bajó y se enfrentó a tiros, pero esta versión no se ha comprobado. En el camión encontraron granadas y armas, así como la identificación del terrorista.
En su camino quedaron cientos de cuerpos destrozados, y miles de sobrevivientes aterrorizados, incrédulos por lo que acababa de suceder.
Algunos resguardaban los cuerpos de sus seres queridos, que solo minutos antes disfrutaban los fuegos pirotécnicos.
Entre la sangre, una muñeca de una pequeña que murió en el ataque.
Una escena de pesadilla por la brutalidad de tanta violencia sin sentido.
Testigos dicen que el terrorista conducía a 80 kilómetros por hora, y que miraba a todas partes, para localizar personas, y dirigir el vehículo contra ellas.
Esta sobreviviente australiana dijo que vió morir a una mujer a su lado, y a la hija de esa mujer orar a Alá que aceptara a su madre en el cielo.
Los forenses tratan de determinar si este hombre franco tunecino actuó solo y si es parte de qué grupo terrorista. Se sospecha obviamente del estado Islámico, pero no ha sido reinvindicado.
El presidente francés Francois Hollande declaró estado de emergencia y anunció la movilización de 10000 efectivos a Niza, así como endurecer las medidas en la frontera. Se pide a la población mantenerse en sus casas y evitar multitudes para que no ocurra otra tragedia de esta magnitud.