En el año 1938 a las afueras de Chicago, Billy y Stevie Harlow viajaban en el asiento delantero con su madre Tammie, cuando su automóvil Sedan Ford se estrelló de frente contra otro auto. Durante la colisión, los coches giraron frenéticos para evitar impactar a otros dos vehículos.

Tammie Harlow sobrevivió pero los dos niños salieron volando a través del parabrisas y murieron instantáneamente.  Un fotógrafo de escena del crimen de un diario local tomó esta foto mientras los equipos de voluntarios trabajaban frenéticamente para liberar a John Downing, el conductor del otro auto.

Parece que los niños muertos se quedaron a mirar.