Una ballena Orca estuvo varada por ocho horas en un escarpado arrecife en la Columbia Británica en Canadá. Asustada y cansada, no podía sacudirse para liberarse. Afortunadamente investigadores y buenos samaritanos que la descubrieron, se apresuraron a auxiliarla y evitar que muriera.
Los vigilantes de la bahía Hartley en Canadá recibieron una llamada acerca de la pobre ballena varada.
La ballena lloraba y llamaba a su manada que rondaban desde las aguas profundas, pero no podían acercarse o correrían la misma suerte. Las personas que la descubrieron sabían que tenían que hacer algo para ayudarla.
Con el apoyo de investigadores de la Fundación Mundial para la Vida Salvaje que trabajaban en la zona, los rescatistas improvisados pusieron manos a la obra.
Se las ingeniaron para mantener su piel húmeda, con mantas mojadas con agua de mar.
En cuanto comenzaron a ayudarla, se calmó, sabiendo ue los humanos no estaban ahí para lastimarla.
A las 4.00 p. m. la marea comenzó a subir y a alcanzar a la pobre ballena
Le tomó un poco de tiempo arreglárselas para sacudirse y liberarse de las rocas.
Finalmente lo logró, pudo liberarse y reunirse con su manada que la esperaba en lo profundo de la bahía. Pero no se fue sin agradecer a sus rescatadores!
No es cierto que historias como éstas dan esperanzas y renuevan la fé en la humanidad?