La hembra pastor alemán ya era adorable de por sí, pero cuando adoptó a la langosta que trajeron para la cena, el factor de encanto se chinguitriplicó tanto que a la familia no le importó cenar macarrones. Que hermosa.
La hembra pastor alemán ya era adorable de por sí, pero cuando adoptó a la langosta que trajeron para la cena, el factor de encanto se chinguitriplicó tanto que a la familia no le importó cenar macarrones. Que hermosa.