Ay wey!

El cadáver del hipopótamo explotó mientras la leona lo comía. Lo que salió volando no era ningún postre. Que asco.

El cadáver estaba hinchado con los gases de la descomposición. Cuando la leona perforó la piel, el contenido putrefacto salió a borbotones de forma impresionante. A la leona pareció agradecer el aderezo gratis. Buen provecho!