Una niñita quedó sacudida después de esta visita a la costa con su padre, pues fue jalada a las turbias aguas de la bahía Steveson Fisher Wharf, en Canadá.
El león marino está acostumbrado a que ser alimentado por los turistas, por lo que su ataque se atribuye a exasperación por no recibir nada. Especialistas dicen que el león marino no quiso lastimar a la niña, pues de haber querido hacerlo, la habría mordido, o pudo haberla arrastrado a la profundidad.
El abuelo de la pequeña fue el valiente que saltó al agua y la rescató. Se escuchan sus gritos de “Abuelo, abuelo”, en chino, y el le responde “No pasó nada, no hay necesidad de estar asustado”.
Algunos dicen que es culpa de los paseantes, por hacer que los animales se acostumbren a las personas.