Ryan Morse tiene 8 años y es demasiado pequeño para su edad. Por su sonrisa amplia y sus ojos brillantes nadie puede creer que el que Ryan esté vivo es un milagro provocado por el amor de una mujer que eligió ser su madre.
Ryan fue abandonado afuera de un orfanato en Bulgaria. Tenía siete años, pesaba solo 5 kilos, no había crecido más que lo que mediría un niño de nueve meses, y su cuerpo estaba recubierto de pelo, que es un síntoma de desnutrición aguda y crónica.
Luego, en el año 2015 un milagro ocurrió para Ryan: El orfanato estaba desesperado por no contar con los medios para ayudarlo, y publicó su historia en Facebook con la esperanza de conseguir fondos. Ahi fue donde Priscila Shaw, de Tenesee, Estados Unidos, vió la historia y de inmediato supo que tenía que salvar a Ryan.
En octubre del 2015 consiguió adoptar a Ryan y llevarlo a su hogar en Estados Unidos, y en unos cuantos meses, comenzó a mejorar notablemente, y a ganar 7 kilos de peso.
Priscila fue adoptada también. Tiene dos hijos propios, y hace cuatro años adoptó a su hijo Matthew. Cuando vió la foto de Ryan, recordó el sufrimiento de su hermano, que murió en el orfanato: “Cuando vi a Ryan, recordé a mi hermano que también tenía necesidades especiales, y de todo el cuidado que necesitaba hasta que murió en el orfanato”. “Le rogué a mi esposo por meses, que me dejara adoptarlo, hasta que lo convencí. ¡Sólo sabía que yo era la única que iba a poder salvarlo!”.
En Julio del 2015 pudo visitarlo por primera vez, y terminar el papeleo para la adopción. También pasó dos semanas para que él se acostumbrara a ella.
Priscila es una buena mujer, trabajadora y amorosa. Cree que Bulgaria es un país hermoso, pero no tienen los medios para cuidar de los niños abandonados con necesidades especiales, aunque hacen todo lo que pueden. Ryan sólo necesitaba alimentación vía sonda gástrica, y no podían proporcionársela. ¡La desnutrición era lo que lo estaba matando!
“La primera vez que lo ví, fue impresionante. En cuanto lo ví, no pude dejar de pensar en que él iba a morir. Fue impresionante, las fotos no le hacen justicia, lucía mil veces peor. Más pequeño, más enfermo, más frágil. Su cadera era del mismo tamaño que mi dedo índice. Dios mío, cómo sobrevivió, mi pobre niño!”.
En cuanto aterrizaron en Tennesee, se apresuraron con Ryan al prestigioso Hospital para Niños Vanderbilt, ni siquiera fueron a casa a ver a sus otros hijos. Los experimentados doctores del hospital estaban incrédulos de que el pequeño consiguiera sobrevivir siete años de desnutrición.
Al principio del tratamiento Ryan sufrió lo que se llama “Síndrome de Re Alimentación”, en el que su cuerpo no toleraba la alimentación ni el tubo; tragaba aire para sentirse lleno, y luego regurgitaba el poco alimento que toleraba, para engañar a su cuerpo con la sensación de que estaba comiendo, lo que impedía que la comida permaneciera lo suficiente para absorber los nutrientes.
Afortunadamente, en marzo intentaron otra técnica de alimentación vía sonda, lo que le cayó mejor y comenzó a ganar peso.
Su mamá dice: “Tomó meses entrenar su cuerpo a aceptar la comida. El no conseguía tragar casi nada durante sus siete años en el orfanato, así que su cuerpo tuvo que aprender a regurgitar para mantenerse vivo”.
Los doctores confiaban que ese comportamiento fuera un comportamiento aprendido y no una condición médica, así que en cuanto usaron la técnica de llevar la comida directamente al intestino, él comenzó a fortalecerse.
Cuando llegó, Ryan era silencioso, no hacía contacto visual, y todos sus músculos estaban atrofiados. Ahora ya interactúa con todos a su alrededor. Ha comenzado a vocalizar, a reír, y a moverse más. También ha comenzado a comer pequeñas porciones y la comida le asienta cada vez más.
Su mamá dice que Ryan no hubiera aguantado un mes más, y que está feliz porque ahora tiene una buena oportunidad de tener una buena vida. Es el niño más feliz que ha conocido. Despierta feliz, y se duerme feliz. Sus hermanos lo adoran, y aunque ya no es un bebé, lo adoran como si lo fuera.
Lo atienden diversos especialistas y espera un diagnóstico definitivo, pero se sospecha que padece de enanismo y de Palsy Cerebral.
Aun tiene una lucha ardua por delante pero ya no está sólo, y está rodeado de amor.
Pueden seguir los progresos de Ryan en su página de Facebook .